miércoles, 20 de abril de 2011

El Holmes de... Paco Roca

Sin duda alguna, el Premio Nacional de Cómic recibido por Paco Roca (1969) en el año 2008 por su particular visión del alzheimer en Arrugas ha sido el mejor y más destacado reconocimiento para un autor cuya trayectoria incluye multitud de títulos para La Cúpula, como El juego lúgubre o GOG. Sin embargo, fue con Arrugas cuando consiguió convertirse en un autor en boca del gran público, incluso aquel que no compra nunca cómics. Tras tratar el tema de los campos de concentración franceses en la Guerra Civil española con El ángel de la retirada, Roca ha vuelto a ponerse en primera fila recientemente con El invierno del dibujante, una recreación de la fuga de cinco dibujantes de la mítica editorial Bruguera, que le ha valido hace apenas unos días el premio a mejor obra y mejor guión del Salón del Cómic de Barcelona.

Con Paco Roca, completo un trío de premios nacionales (uno de cómic, Bartolomé Seguí; y otro de ilustración, Ana Juan) con los que cuento hasta ahora en mi colección. A pesar de reconocer que jamás había dibujando al detective, Roca consiguió un personaje que encuentro ciertamente acertado, amén de ese guiño divertido en la dedicatoria.

martes, 12 de abril de 2011

El juicio de Sherlock Holmes

Con un mes de retraso respecto a su fecha inicial, al fin podemos disfrutar de la edición española de "The Trial of Sherlock Holmes", la miniserie publicada en 2009 por la editorial norteamericana Dynamite Entertainment, con guión de Leah Moore y John Reppion y dibujo de Aaron Campbell.


La historia empieza como tantos otros casos de Holmes, con Watson visitando a su amigo en el 221B de Baker Street, donde le encuentra enfrascado en dos cuestiones: la visita de un joven príncipe alemán a Inglaterra y una carta que ha recibido en la que se pide su ayuda a fin de salvar a un antiguo policía que ha sido amenazado con morir en su propia casa y a una hora determinada... peor aún, esta amenaza parece estar relacionada con un sangriento atentado terrorista perpetrado en la capital británica apenas una noche antes.



Como no podía ser de otra forma, Holmes acude a la cita, acompañado de Watson y de un nutrido número de policías y agentes de Scotland Yard, todos centrados en proteger la vida del amenazado. Las cosas, sin embargo, nunca pueden ser tan fáciles, y todo apunta a alguna maquinación siniestra, empezando por la propia casa donde se encuentran, una misteriosa mansión plagada de relojes donde cada quince minutos el estruendo de la hora no deja oír otra cosa. Cuando sir Henry solicita ver a Holmes a solas, poco puede esperar el detective que su cliente acabará muerto antes sus narices, y que él, sosteniendo el arma homicida del crimen, se acabará convirtiendo en el principal sospechoso...



A partir de aquí, la historia se convierte en un relato bastante trepidante, en el que Watson investiga para lavar el nombre de su amigo, Lestrade intenta proteger al príncipe alemán (que parece tener alguna relación con el caso, o tal vez no), Holmes se fuga y decide investigar por su cuenta... y todo ello finaliza en un juicio final (de ahí el título) que, lejos de resultar climático, deja una sensación de vacío en el lector, como si todas las expectativas de los números anteriores se desinflaran en el último: lástima, porque el misterio prometía, pero una vez revelado (y con no pocos cabos sueltos por atar) se ve como algo bastante chapucero, tanto en su planificación como en su ejecución.


A esta historia, obra del matrimonio formado por Leah "hija de Alan" Moore y John Reppion, no le hace ningún bien el dibujo de Aaron Campbell, un ilustrador que demuestra muy poco talento, hasta el punto de que a veces resulta complicado distinguir a Watson y Lestrade, ya que la forma de dibujar hace que todos los personajes parezcan prácticamente iguales. A ello podemos añadir el diseño de uno de los peores Mycroft Holmes que recuerdo haber visto nunca, como puede comprobarse en la ilustración siguiente:



La edición de Panini, por su parte, tampoco es una maravilla: empezamos por el diseño, un cartoné bastante aceptable, pero con una contra cuyo diseño y texto resulta casi infantil. Sumemos a eso unas guardas completamente blancas, y continuemos con el artículo introductorio, firmado por Marco Ricompensa, que demuestra desconocer el canon al traducir "The final problem" como "La última aventura". La traducción, obra de Héctor Lorda, resulta muy aceptable, a pesar de algún resbalón como poder encontrar en el mismo texto e indistintamente "Nueva Scotland Yard" o "New Scotland Yard". ¿Y dónde está el material extra de la edición americana? ¿Dónde está ese relato original de Doyle (El pie del diablo), el guión del primer episodio, los bocetos...? Al menos, sí aparecen las portadas originales de la serie realizadas por John Cassaday, y sin duda uno de los puntos fuertes de esta miniserie.


Pero sin duda, el peor rasgo de esta edición de "The trial of Sherlock Holmes" es el diseño del propio volumen, en el que las viñetas no tienen ninguna sangría y la página no "respira" por izquierda y derecha, además de que la encuadernación hace que parte de la imagen (e incluso del texto) se pierda en el lomo. Veamos ahora la distribución del texto en algunos bocadillos, en el que comprobamos cómo la rotulación acaba tocando el borde:



En definitiva, después de haber esperado un mes de retraso, parece ser que Panini no nos ha ofrecido tampoco un producto bien acabado, como era de esperar. Con todo, este "Juicio de Sherlock Holmes" fue uno de los primeros cómics que surgieron al amparo del film de Guy Ritchie (de hecho, apareció antes del estreno), y ha acabado dando lugar a una especie de precuela también publicada por Dynamite, Sherlock Holmes: Year one, que esperamos ver también por nuestro país en una edición más digna.

FICHA-

TÍTULO: The Trial of Sherlock Holmes

EDICIÓN ORIGINAL: 2009

EDITORIAL: Dynamite Entertainment

GUIÓN: Leah Moore y John Reppion

DIBUJO:
Aaron Campbell

EDICIÓN ESPAÑOLA: El juicio de Sherlock Holmes, Panini Comics, 2011

miércoles, 6 de abril de 2011

Sherlock Holmes vs. el Joker

Los años 70 fueron años de gran experimentación en el mundo del cómic americano: después del boom de los 60, en la nueva década aparecieron nuevas series, se dio paso a nuevas temáticas (series protagonizadas por mujeres, personajes de raza negra, vampiros, artes marciales)... e incluso series protagonizadas por villanos.
Es el caso de la serie que nos ocupa, el efímero título dedicado al Joker. Después de varias décadas de trayectoria, el enemigo por excelencia de Batman se había ganado el derecho de disponer de su propia cabecera. La serie fue efímera, pero dio tiempo para que, en su sexto número, el príncipe payaso del crimen se viera las caras a un rival de su altura: el propio Sherlock Holmes.


El cómic, escrito por Denny O'Neil (una auténtica institución dentro de la franquicia del Hombre Murciélago) y dibujado por Irv Novick y Tex Blaisdell, sigue paso a paso los tópicos de varias aventuras protagonizadas por personajes como El Acertijo o el propio Joker: el villano va cometiendo una serie de crímenes siguiendo la lógica de un libro, de un rompecabezas, etc; y el héroe en cada caso ha de tratar de adelantarse al villano para impedir cada uno de los golpes. En este caso, y acompañando al Joker, tendremos como protagonista a Holmes, o mejor dicho, a un sosias de Holmes que contará con toda la perspicacia del detective.
La historia se inicia en un teatro donde se está representando una obra sobre Sherlock Holmes, protagonizada por el actor Clive Sigerson (tal vez una referencia a Clive Brook, el primer Holmes del cine sonoro, y Sigerson por el nombre que el detective utilizó durante el gran hiato). Sin embargo, el caos estalla en el momento en el que el actor que encarna a Moriarty se sale del guión y ataca a Sigerson, para a continuación revelarse como el mismísimo Joker.



Durante la pelea que se produce a continuación, Sigerson queda inconsciente. Apenas el Joker y sus secuaces han desaparecido, el actor recobra la conciencia, pero de ya no es Clive Sigerson: de algún modo, los golpes recibidos le hacen pensar que realmente es Sherlock Holmes, y que ha de resolver el caso del Joker.
De momento, es capaz de entrever la intención del payaso en su irrupción en el teatro: el nombre del teatro es "Bohemian", y lo que ha robado es un retrato de la actriz que en la obra interpreta a Irene Adler, "la mujer"... en definitiva, una referencia a Escándalo en Bohemia, uno de los relatos originales de sir Arthur Conan Doyle.




Preocupado por el estado mental de Sigerson, el director de la obra ordena a uno de los técnicos del teatro que le acompañe. Se trata de un antiguo marinero llamado Watson... a quien, después de años trabajando en los muelles ("docks"), todo el mundo conoce como "Dock" Watson. El círculo se cierra, y ya tenemos a la pareja de detectives que saldrá en persecución del Joker.



De vuelta a su cubil, el Joker revela a sus matones cuál es el plan que está llevando a cabo: su objetivo es dejar en ridículo a todos los detectives del mundo (empezando por Batman, por supuesto), pero mientras el hombre murciélago espera su momento, el Joker ha decidido enfrentarse al mismísimo Sherlock Holmes. El problema es que Holmes es un personaje literarario, pero el Joker encuentra la solución: se dedicará a perpetrar diversos crímenes basándose en las aventuras originales del detective de Baker Street. Dicho y hecho, después de robar la foto de Irene Adler, el payaso del crimen se dispone a elegir la próxima historia...



Al día siguiente, Sigerson-Holmes, acompañado de su fiel pero despistado "Dock" Watson, llegan a un campo de golf, donde según el detective debe tener lugar el segundo golpe del Joker. El pobre Watson no está seguro de lo que sucede, pero el detective sabe que no se equivoca, y que el criminal actuará allí...



Y efectivamente, Holmes y Watson sorprenden al Joker y sus secuaces a punto de cometer alguna fechoría... el detective, satisfecho tras haber sido capaz de deducir cuál era el siguiente lugar donde el payaso iba a actuar, no duda en enfrentarse con los puños a los criminales, que pronto descubren que la habilidad de lucha del detective no tiene nada que envidiar a la suya...




Una vez despachados los matones, es el turno de enfrentarse al Joker en persona, para el cual el detective reservará un combate muy especial: nada menos que un duelo de esgrima utilizando palos de golf en lugar de espadas. Otra de las habilidades físicas del detective puesta a prueba...




Por desgracia, el Joker pone en práctica sus célebres trucos sucios, de forma que el detective acaba enredado literalmente en una trampa que permite que los criminales escapen. Sin embargo, todo está claro en la cabeza de Holmes: la persona que estaba jugando en ese hoyo, J.B. Wilson (referencia a "Jabez Wilson"), también conocido como "Red", es el líder ("Head") de una Liga ("League")... una referencia directa a La liga de los pelirrojos, otro de los relatos escritos por sir Arthur Conan Doyle...



Por su parte, el Joker no duda en exhibir el trofeo que ha encontrado en esta nueva aventura: el banderín del hoyo número 4 del campo... es decir, El signo de los 4.



Holmes sabe que se acerca el golpe final del Joker, el plan maestro, y tras pensar cuál puede ser el próximo movimiento del criminal, decide acudir a la fiesta que el millonario Bruce-Partington celebra en su barco, una nueva referencia a otro de los casos del canon. Así, Holmes y "Dock" Watson acuden al puerto esa misma noche y se enfrentan a los secuaces del payaso, una vez más...



Sin embargo, el Joker no aparece por ninguna parte, y Holmes deduce que la fiesta, así como el fingido golpe contra el barco, no ha sido más que un señuelo para alejarle del auténtico plan. El detective está a punto de darse por vencido, hasta que su fiel Watson le advierte el curioso nombre de un barco remolcador, que de nuevo nos lleva irremediablemente a la novela por excelencia del detective...



Efectivamente, es en ese remolcador, "The Baskervilles", donde realmente se halla el Joker, cumpliendo su último golpe: hacerse con el cierre de una escotilla, que sirve para asegurar "dog down" la estructura, haciendo un juego de palabras con el término "dog" y el libro The Hound of Baskervilles. Como se puede comprobar, el nivel de retorcimiento del Joker alcanza en este último golpe su punto álgido...



Sin embargo, Sigerson-Holmes ha sido capaz de deducir la artimaña del payaso, e inmediatamente se presenta para frustar los planes del criminal... ante la atónita mirada de los matones, que empiezan a creer que realmente ese detective es Sherlock Holmes, y no un simple actor interpretando un papel.



La acción acaba, como no podía ser de otra forma, con un final pasado por agua al más puro estilo El problema final, en el que el Joker ocupa el lugar del malogrado profesor Moriarty, aunque con un destino bastante menos mortífero que el del Napoleón del crimen en las cataratas de Reichenbach...



Con el Joker detenido y encarcelado, solo queda una cuestión por resolver... ¿quién es realmente Clive Sigerson? ¿De verdad ha estado actuando todo este tiempo, o el golpe que recibió en la cabeza lo convirtió en un auténtico Sherlock Holmes? La verdad se revela cuando el actor reaparece bajo la máscara del detective, argumentando que todo ha sido un juego destinado a atrapar al criminal, utilizando para ello la personalidad del investigador de Baker Street. O, parafraseando de nuevo uno de los relatos de Arthur Conan Doyle... un simple "caso de identidad".




En conclusión, nos encontramos ante un cómic entretenido, con un guión cargado de tópicos que O'Neil maneja bien (no solo demuestra conocer la obra del personaje, sino también algunos de sus rasgos menos célebres, como su habilidad pugilística o con la esgrima), y un dibujo algo mediocre, pero que nos ofrece todo un repertorio de juegos de palabras y mentales con algunas de las grandes novelas y relatos del personaje. Un buen ejemplo de lo que podría ser una rareza (o quizá no tanto) holmesiana, y que por algún motivo sigue inédito en nuestro país.

FICHA-

TÍTULO: "Sherlock stalks the Joker", en The Joker #6.

EDICIÓN ORIGINAL: 1976

EDITORIAL: DC Comics

GUIÓN: Denny O'Neil

DIBUJO:
Irv Novick y Tex Blaisdell


EDICIÓN ESPAÑOLA:
No hay

viernes, 1 de abril de 2011

On the case with Holmes and Watson

Nueva reseña de uno de los cómics sobre Holmes aparecidos en este mismo año 2011: en este caso, los seis relatos canónicos adaptados a las viñetas por Lerner Publishing Group, que llevan la obra de Doyle a un contexto educativo con una clara edición didáctica: este es el objetivo principal de la colección On the case with Holmes and Watson.


Lerner Publishing es un sello editorial especializado en textos educativos, que ofrece títulos destinados a la enseñanza, a menudo acompañados de guías de lectura o actividades. En el caso de la colección "Graphic Universe", encontramos toda una serie de adaptaciones de historias clásicas de autores como Shakespeare, recopilaciones de mitos y leyendas, o incluso obras originales en las que se convierte al lector en un detective que debe resolver un caso. A este último grupo pertenece la serie "On the case with Holmes and Watson", que adapta varios relatos originales de Doyle a las viñetas: Escándalo en Bohemia, Abbey Grange, El carbunclo azul, Los bailarines, La banda moteada y El vampiro de Sussex.


Con un estilo pretendidamente moderno, Murray Shaw y M. J. Cosson se ocupan de encajar el texto original en una historia de apenas 45 páginas, mientras que Sophie Rohrbach se encarga de dar vida gráfica a los personajes, unos Holmes y Watson bastante poco estilizados y casi feístas.



El tomo, como corresponde a la serie, es completamente educativo: en cada ejemplar encontramos una contextualización de la obra de Doyle (no gran cosa, apenas unas líneas dirigidas a un niño de unos 10 años), un mapa de situación (tal vez lo mejor del cómic), un dramatis personae y, una vez finalizada la historia, un cuestionario en el que se invita al joven lector a seguir el razonamiento de Holmes, sin bien una vez resuelto el misterio (es decir, una vez leído el libro), no entraña demasiado reto. Finalmente, el volumen concluye con una serie de direcciones de webs con temáticas relacionadas con el caso (por ejemplo, la criptografía en Los bailarines o los reptiles venenosos en La banda moteada).



Pese a que la historia está bien adaptada, no faltan ciertas lagunas y carencias, y es que un texto literario no siempre encaja bien en apenas una cuarentena de páginas: así, muy a menudo los adaptadores tienen que recurrir a páginas exclusivamente de texto a fin de hacer que la historia avance. Respecto al dibujo, la dibujante intenta un tono moderno que se queda en una especie de caricatura que, en nuestra opinión, no le hace ningún favor a la historia: asimismo, las expresiones de los personajes y especialmente las manos resultan muchas veces grotescas, como dibujadas por un niño en lugar de destinadas a uno. Con todo, debe decirse que se trata de un buen intento de acercar la obra holmesiana a los niños, en un momento en que, por desgracia, un medio visual puede resultar más próximo y cercano que el texto escrito original.

FICHA-

TÍTULO: "On the case with Holmes and Watson" 6 títulos publicados.

EDICIÓN ORIGINAL: 2011

EDITORIAL: Lerner Publishing Group. Colección Graphic Universe

GUIÓN: Murray Shaw y M. J. Cosson, a partir de la obra de A. C. Doyle

DIBUJO:
Sophie Rohrbach


EDICIÓN ESPAÑOLA:
No hay